Compromiso con la verdad

El resurgir de los conspiranoicos de la DANA: la tragedia se convierte en un campo de batalla judicial y mediático

Los detalles
Desde bulos sobre las víctimas hasta intentos de influir en la jueza, los conspiranoicos han convertido la tragedia de la DANA en un escenario de manipulación mediática y ataques contra las instituciones encargadas de esclarecer lo ocurrido.

El resurgir de los conspiranoicos de la DANA: la tragedia se convierte en un campo de batalla judicial y mediático

La versión de la Generalitat sobre la presencia de Carlos Mazón en el Palau durante la tarde de la DANA podría haberse confirmado con facilidad: bastaba con mostrar las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio. Sin embargo, esas grabaciones ya no existen.

Según el equipo de Mazón, las grabaciones se eliminaron conforme a la ley, 15 días después de la tragedia. Solo las grabaciones del CECOPI fueron preservadas, al tratarse de una infraestructura crítica. Una oportunidad que podría haber despejado toda duda se ha perdido.

Desde el fatídico 29 de octubre, la tragedia ha sido terreno fértil para teorías conspiranoicas. Entre las voces que difunden estos relatos falsos, destaca la figura de Rubén Gisbert, conocido por sus constantes manipulaciones mediáticas. Tras el desastre de la DANA, Gisbert ha encontrado en la tragedia un filón, llegando a proponer en la jornada de este lunes que la Delegada del Gobierno fuera imputada, solicitud que la jueza denegó, instándole a formalizarla por escrito.

Este es solo el último capítulo de una historia llena de bulos y falsedades. En un especial titulado 'Conspiranoicos contra los bulos de la DANA', se desmontaron las mentiras de Gisbert, especialmente las que trataban de hacer creer a la audiencia que los ancianos de una residencia en Albal habían sido abandonados.

A pesar de que las grabaciones y los testimonios del alcalde y la concejala del municipio desmintieron estas acusaciones, Gisbert persistió en su relato distorsionado.

El impacto de la desinformación no se detiene ahí. Gisbert no ha dudado en manipular la tragedia para sembrar dudas sobre las cifras reales de las víctimas. Un ejemplo claro fue el video viral del cadáver levantado en el aparcamiento de Bonaire, que Gisbert intentó vincular falsamente con la DANA. La realidad, sin embargo, era otra: el fallecimiento se debió a un infarto y la persona no provenía de un garaje, sino que se encontraba en su hogar.

Esta narrativa distorsionada no tiene cabida en medio de una tragedia que, más que nunca, requiere respeto por las víctimas y por la verdad. La manipulación mediática y judicial solo contribuye al caos, mientras que el relato de quienes estuvieron presentes, como los periodistas de laSexta Javier Bastida y Yerma Ruano, sigue siendo el testimonio fiel de los hechos. La tragedia no puede ser utilizada como una herramienta para propagar mentiras.