Batalla por el papado

Rumores, filtraciones y noticias falsas sacuden el precónclave: Tagle y Parolin son los primeros en caer

¿Por qué es importante?
Antes de que comience el cónclave, ya se mueven las piezas en una guerra subterránea: acusan a Luis Antonio Tagle de hereje por cantar 'Imagine' y erosionan a Pietro Parolin con filtraciones desde Argentina.

Rumores, filtraciones y noticias falsas sacuden el precónclave: Tagle y Parolin son los primeros en caer

El cónclave aún no ha comenzado, pero el humo —todavía negro— ya se cuela por las rendijas del Vaticano. Filtraciones anónimas, rumores sembrados en cafés discretos y viejos fantasmas resucitados marcan el inicio de una campaña subterránea que recuerda, una vez más, que la elección del papa es también una batalla política.

Los primeros objetivos ya han sido señalados. El cardenal filipino Luis Antonio Tagle, uno de los nombres más repetidos entre los favoritos, ha sido víctima de una maniobra que mezcla verdad, malicia y cálculo.

Todo comenzó en El Café de los Papas, un local cercano a la plaza de San Pedro, donde estos días se entrecruzan sotanas, espías y periodistas disfrazados de peregrinos. Allí, Monseñor Pecorari dejó caer la bomba: "Tagle está aterrorizado. Teme que salga a la luz un video suyo".

El video en cuestión ya circula en círculos cerrados: muestra a Tagle interpretando 'Imagine', de John Lennon. Una canción por la paz… pero que en uno de sus versos proclama "imagine there’s no religion" —imagina que no hay religión—. Suficiente para que el ala más conservadora lo tache de hereje encubierto.

El video, antiguo y hasta ahora irrelevante, ha sido publicado anónimamente en redes vinculadas a ciertos grupos eclesiásticos ultramontanos.

El otro damnificado es el cardenal italiano Pietro Parolin, hasta hace poco considerado el heredero natural de Francisco. Su papel como Secretario de Estado durante más de una década le aseguraba apoyos sólidos. Pero en las últimas semanas, medios argentinos han comenzado una campaña para desgastar su imagen.

Según esas fuentes, el propio Francisco se habría arrepentido de haberlo nombrado y, estando hospitalizado, prefirió recibir a la primera ministra Giorgia Meloni antes que a su viejo colaborador. La filtración, sin confirmar, ha sido reproducida por medios digitales con eco global.

Los veteranos lo saben: nada de esto es nuevo. A Ratzinger, en 2005, intentaron neutralizarlo con la etiqueta de 'el Cardenal que parece una enfermedad'. A Norberto Rivera, cardenal mexicano, lo hundió una filtración sobre su supuesta implicación en una estafa.

Incluso gobiernos han intervenido: cuando Jorge Mario Bergoglio comenzaba a sonar como papable, el kirchnerismo movilizó una ofensiva desde Buenos Aires para difundir que había colaborado con la dictadura.

Circularon correos, se presentó una denuncia en tribunales argentinos, y los rumores llegaron a los buzones de muchos cardenales. El daño fue suficiente para frenarlo… al menos por un tiempo. En 2013, Bergoglio regresó y fue proclamado papa. La justicia argentina lo exoneró por completo.

Las campañas papales no se juegan solo en las capillas. Se libran también en la sombra, donde una filtración a tiempo puede valer más que cien votos.