Agregaron a un periodista

Un error destapa un chat del equipo de Trump sobre planes secretos de guerra: "Detesto rescatar a Europa otra vez"

La otra cara El consejero de seguridad nacional de EEUU agregó accidentalmente a un periodista a un grupo de Signal con 18 altos funcionarios, incluido el vicepresidente Vance. En ese chat se habló del ataque estadounidense a Yemen... y con un tono sorprendente.

Un simple error destapa el chat secreto de Trump: así discutieron el ataque a Yemen

Un fallo de seguridad sin precedentes ha expuesto las discusiones más secretas de la Administración Trump sobre la operación militar contra los hutíes en Yemen. Pero la filtración no vino de un hacker ni de un topo, sino de un simple descuido.

Hace dos semanas, el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, aparentemente agregó por error al periodista Jeffrey Goldberg, de 'The Atlantic', a un grupo de Signal donde estaban presentes 18 de las figuras más poderosas del gobierno estadounidense, incluido el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado Marco Rubio.

En ese chat, Goldberg tuvo acceso a las deliberaciones en tiempo real sobre el ataque que Estados Unidos estaba preparando contra Yemen. Lo que leyó no solo confirmó la estrategia militar, sino que también reveló el tono en que la Administración Trump toma decisiones: un profundo desprecio por Europa, un cálculo cínico sobre quién debería pagar la operación y un esfuerzo coordinado para culpar a Joe Biden.

Uno de los puntos que más sorprendió al periodista fue la postura de Vance sobre la intervención en Yemen. En el grupo, el vicepresidente expresó su frustración con la estrategia, señalando que el ataque solo favorecía a Europa: "Detesto tener que rescatar a Europa otra vez", aseveró.

Vance argumentó que Estados Unidos estaba cometiendo un error al involucrarse en la crisis del Mar Rojo, ya que los hutíes estaban atacando barcos comerciales que transitaban por el canal de Suez, una ruta clave para Europa, pero menos relevante para EEUU: "El 3% del comercio estadounidense pasa por el canal de Suez. El 40% del comercio europeo también. Existe un riesgo de que la gente no entienda esto".

El asesor de seguridad Waltz intervino para calmar las dudas, proponiendo que la Casa Blanca hiciera cálculos sobre el costo de la operación y presionara a Europa para que financiara el ataque.

Pero la estrategia no solo se centraba en la dimensión militar o económica. En un mensaje directo, el secretario de Defensa dejó claro que había otra prioridad: "Nadie sabe quiénes son los hutíes. Tenemos que centrarnos en que Biden fracasó". La discusión giró entonces sobre cómo presentar el ataque como una consecuencia del fracaso de la Administración Biden en Oriente Medio, desviando la atención del hecho de que el conflicto en el Mar Rojo es, en gran medida, resultado de la escalada de tensiones desde el regreso de Trump al poder.

La confirmación de que la operación era inminente llegó el 15 de marzo, cuando en el grupo se compartieron los planes finales del ataque. Horas después, las bombas comenzaron a caer sobre Yemen.

Emojis, celebración y destrucción de pruebas

Después del bombardeo, la actividad en el grupo se convirtió en una celebración digital. Los altos funcionarios reaccionaron con banderas estadounidenses, puños en alto y mensajes de victoria. Para Goldberg, ese fue el momento de salir del chat.

Pocas horas después, la Casa Blanca le confirmó que el grupo era real y que, efectivamente, se habían discutido allí temas clasificados. Pero el escándalo no termina ahí: los mensajes del grupo estaban configurados para autodestruirse en siete días, lo que podría constituir una grave violación de las leyes sobre manejo de información gubernamental.