¿Por qué es clave?

Starlink, el punto débil de Europa: Musk tiene el control y podría apagarlo en cualquier momento

¿Por qué es importante? El wifi satelital de Musk sostiene redes de emergencia y operaciones militares en zonas de guerra, pero su control total deja a Europa y sus aliados en una dependencia extrema, sin alternativas viables en el corto plazo.

Starlink, el punto débil de Europa: Musk tiene el control y podría apagarlo en cualquier momento

Europa se enfrenta a una inquietante realidad: el temor de que Estados Unidos pueda inutilizar, en cuestión de segundos, todo el armamento que le ha vendido. Aviones de combate F35, drones avanzados y sistemas antimisiles de última generación podrían quedar inoperativos sin previo aviso, y lo peor de todo es que ya ha sucedido antes. Tras la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán, muchos helicópteros dejaron de funcionar no por un misterioso 'botón apagado' como se temía, sino por la falta de actualizaciones de software y piezas de repuesto.

La amenaza es clara: más de 500 F35 de Europa podrían ser apagados con un simple 'clic'. Pero no se trata solo de estos aviones; esta vulnerabilidad se extiende a una amplia gama de tecnologías militares que dependen de la conectividad, el software y los componentes suministrados desde Estados Unidos. Y la amenaza no se limita a los sistemas de armas tradicionales, sino que alcanza también a infraestructuras cruciales como Starlink, el servicio de wifi por satélite de Elon Musk.

Starlink: el punto de quiebre de la guerra moderna

La mayor preocupación ahora mismo no es solo la desactivación de armas, sino la interrupción de comunicaciones globales. La infraestructura de Starlink se ha convertido en un pilar fundamental para las comunicaciones durante los conflictos, especialmente en Ucrania. Tras los devastadores ataques rusos que destruyeron gran parte de las redes de comunicación ucranianas, el servicio de Starlink de Musk permitió a los civiles mantenerse informados y a los militares coordinar sus esfuerzos de manera efectiva.

Sin embargo, esa red podría desaparecer en cualquier momento. Musk ha recordado públicamente la dependencia de Ucrania de Starlink, y, aunque no ha retirado el servicio, su posición sigue siendo inquietante. Al respecto, Musk comentó que si apagara la rede, "toda la línea de frente ucraniana colapsaría" y que lo que actualmente pagan por el servicio es solo una fracción mínima de su costo real.

¿Existen alternativas?

Hoy, no. A pesar de los esfuerzos de empresas como Oneweb, una opción europea que ofrece una cobertura más lenta y costosa, y de iniciativas como Goysatcom, que aún se encuentra en una fase preliminar, no hay un sustituto a la altura de Starlink en términos de velocidad, cobertura y fiabilidad. Incluso el proyecto europeo IRIS, anunciado en 2022 con una inversión de 11.000 millones de euros, no tiene previsto lanzar su primer satélite hasta 2029, demasiado tarde para las necesidades actuales.

Europa se encuentra, por lo tanto, en una encrucijada peligrosa: depender de un sistema privado controlado por una sola figura, Elon Musk, mientras se enfrentan a la incertidumbre de los intereses estadounidenses en el ámbito militar y tecnológico. ¿Será Starlink el próximo punto de quiebre de la guerra moderna? Solo el tiempo lo dirá, pero de momento, Europa teme perder no solo su armamento, sino también la comunicación que lo sostiene.