¿Una traición?

Trump vive obsesionado con la OTAN desde hace 40 años, y no ha dejado de intentar destruirla desde entonces

¿Qué ha hecho? Desde sus ataques contra el financiamiento de la defensa europea hasta su apoyo a Rusia y amenazas de abandonar la OTAN, Trump ha buscado minar la unidad que ha sostenido la seguridad mundial.

Trump vive obsesionado con la OTAN desde hace 40 años, y no ha dejado de intentar destruirla desde entonces

La alianza entre Estados Unidos y Europa, consolidada por la OTAN durante más de 70 años, ha sido clave para la seguridad global. Sin embargo, la postura de Donald Trump ha generado dudas sobre la viabilidad de esta alianza. Sus acciones y comentarios han sido interpretados por muchos como un debilitamiento estratégico de la OTAN, incluso llegando a considerarse una traición a los intereses europeos.

En contraste, los presidentes anteriores mostraron un firme compromiso con Europa y la unidad de la OTAN. Ronald Reagan (1989) enfatizó la colaboración para enfrentar la amenaza soviética, Bill Clinton (1994) apostó por una Europa indivisible y en paz, George W. Bush (2006) destacó la lucha conjunta contra el terrorismo global, y Barack Obama (2010) subrayó la importancia de la unidad en la OTAN para abordar amenazas contemporáneas, como el ciberterrorismo.

Sin embargo, a medida que Donald Trump ascendió en la política estadounidense, se empezó a visibilizar una postura completamente diferente, que contradecía las bases sobre las que se había erigido la alianza atlántica. Desde 1987, Trump ya había dejado claro su desdén por la OTAN, y especialmente por el compromiso financiero que Estados Unidos asumía para defender a Europa. En esa fecha, gastó más de 90.000 dólares para publicar una carta en los principales periódicos estadounidenses en la que argumentaba que Estados Unidos debería dejar de pagar para defender a países europeos que podían permitírselo.

La carta fue una declaración radical que marcó el tono de su futuro enfoque hacia la OTAN y sus aliados europeos. No es casual que, en el mismo periodo, Trump estuviera en Moscú, buscando oportunidades de negocios con el régimen soviético que aún estaba en transición. Ya en esa época, la relación de Trump con Rusia comenzaba a ser una pieza clave en su trayectoria política, una relación que se profundizó en años posteriores.

Un flirteo peligroso con Rusia: el enemigo de la OTAN

En 1988, Trump estrechó la mano de Mijaíl Gorbachov, el líder soviético, en un momento en que la mayoría de los estadounidenses desconfiaban profundamente de la Unión Soviética. Si bien los negocios con Rusia no prosperaron, Trump siguió cultivando esa relación, llevando su concurso Miss Universo a Moscú en 2013 y haciendo bromas sobre sus lazos con Vladímir Putin, como aquella que decía: "¿Crees que Putin irá al concurso Miss Universo en noviembre en Moscú? Si es así, ¿se convertirá en mi nuevo mejor amigo?".

Este tono amistoso con Putin contrastaba con las críticas a la OTAN. En 2016, durante su campaña presidencial, Trump volvió a insistir en que la OTAN estaba "obsoleta" y que muchos países miembros no cumplían con sus responsabilidades financieras. Esta retórica, que parecía inofensiva para algunos, acabó por calar hondo en la política internacional, y fue precisamente una de las razones por las que Trump logró ganar las elecciones, apelando a un electorado cansado de las costumbres diplomáticas tradicionales y de la carga financiera de la defensa internacional.

La ruptura con la OTAN: amenazas explícitas

Ya en la presidencia, Trump no solo mantuvo, sino que amplió sus ataques contra la OTAN. En su primera cumbre de la alianza en 2017, los aliados europeos esperaban unarectificación de su postura, pero la reunión terminó siendo un tenso recordatorio de las diferencias irreconciliables. En un discurso ampliamente criticado, Trump dijo que la OTAN solo sería "relevante"si los países miembros cumplían con sus compromisos de gasto militar, lo que implicaba que, de no hacerlo, no contarían con el respaldo estadounidense en caso de conflicto.

Al año siguiente, en 2018, Trump realizó una gira que incluyó tres paradas claves: OTAN, Reino Unido y Rusia. Durante esta gira, la preferencia por Putin se hizo aún más evidente. En varias ocasiones, Trump elogió la política de Rusia y minimizó la amenaza que representa para Europa, mientras sus aliados de la OTAN se sentían abandonados. Su alineación con Putin fue tal que, en uno de sus momentos más controvertidos, dijo: "No, no vamos a protegerte, de hecho les animaremos a que hagan lo que les dé la gana. Tienes que pagar".