En septiembre de 2024, Turingia ha vuelto a convertirse en un escenario simbólico de la extrema derecha, al igual que en 1933, cuando los nazis lograron su primer cargo ministerial en la región. Esta vez, el partido Alternativa para Alemania (AfD) ha obtenido un significativo 30,5% de los votos en las elecciones regionales, un resultado que revive temores sobre el regreso de ideologías extremas.

El líder de la AfD en Turingia, Björn Höcke, es conocido por su retórica polémica y ha sido multado por utilizar eslóganes asociados con las tropas de asalto nazis. Höcke ha afirmado que la crisis migratoria es un intento de "sustituir y acabar con la población nativa alemana" y ha abogado por una visión más positiva del pasado nazi, minimizando las atrocidades cometidas por la SS.

La ultraderecha en la región no está sola en sus puntos de vista. Un exmiembro de la AfD dejó el partido tras defender que no todos los miembros de la SS eran criminales, y se ha confirmado que varios miembros del partido han colaborado con neonazis y empresarios en discusiones sobre la expulsión masiva de inmigrantes.

La victoria de la AfD ha otorgado al partido la capacidad de vetar normativas, un poder que plantea un serio desafío para la política alemana. El ascenso de la ultraderecha en Turingia se suma a una tendencia más amplia en Alemania, donde la AfD ha sido destacada en Turingia y ha obtenido la segunda posición en Sajonia.

A pesar de su éxito electoral, la AfD no cuenta con mayoría absoluta y enfrenta un cordón sanitario de otras formaciones políticas que buscan evitar su entrada en el gobierno. Las manifestaciones en varias ciudades alemanas contra la AfD reflejan el rechazo generalizado hacia el partido.