Donald Trump ha acusado a Kamala Harris de haberse inventado que trabajó en un McDonald’s durante un verano en la universidad. Trump estuvo 15 minutos entre hamburguesas, pero ha dicho que fueron a verle hasta allí 25.000 personas.
El candidato republicano no está tampoco perdiendo el tiempo en sus mítines. Aprovecha cualquier ocasión para atizar a su rival. En Pensilvania ha dicho esto literalmente: "¡Eres una mierda de vicepresidenta! ¡La peor vicepresidenta! Kamala... ¡estás despedida, vete de aquí!".
Todo esto a dos semanas de las elecciones. El 5 noviembre Estados Unidos decide entre él y Kamala Harris pero el voto anticipado y por correo ya está en marcha. De momento las encuestas están ajustadísimas. El promedio de todas las encuestas nacionales da una ligera ventaja a Kamala Harris, pero tan ajustada que no hay absolutamente nada decidido. En los siete estados clave están prácticamente empatados.
Empatados, y en este punto, ¿a qué dedica tiempo Trump? Pues a hablar durante más de 10 minutos del pene de un jugador de golf. En un mitin dijo sobre el difunto Arnold Palmer que cuando se duchaba con otros profesionales, salían de allí diciendo: "¡Oh, Dios mío! ¡Es increíble!".
Eso en mítines y en las entrevistas que concede sigue liándose con el bulo de los migrantes que comen perros, gatos y ahora también gansos. Pero en todas estas excentricidades, Trump no está solo. Haciendo campaña para él, Elon Musk y su dinero. Su última idea, sortear un millón de dólares entre los votantes de estados clave que firmen una petición a favor de la Constitución de Estados Unidos realizada por el grupo de campaña de Musk, para respaldar a Trump. Una forma de atraer a sus votantes que los expertos dudan que sea legal.
El dinero no le asegura nada. Musk también está pagando para que se haga campaña por Trump puerta a puerta y según The Guardian, está pagando pero muchas de las visitas no se están haciendo.
Creada por O2
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