Tres años de guerra
El verdadero objetivo de Putin: transformar Ucrania en un Estado satélite como Bielorrusia
Entre líneas La invasión rusa de Ucrania busca eliminar su independencia, transformándola en un Estado subordinado a Moscú, similar a Bielorrusia, donde la soberanía es una fachada para el control absoluto de Rusia.

Han pasado tres años desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, y la pregunta que persiste, aunque ha sido debatida hasta el cansancio, sigue siendo la misma: ¿qué quiere realmente Vladímir Putin de Ucrania? Si bien muchos analistas y expertos apuntan a factores como la expansión de la OTAN, los recursos naturales o la estratégica región del Donbás como los desencadenantes del conflicto, la respuesta podría ser más simple, aunque no menos alarmante.
La verdadera intención de Putin, según nos explica nuestro compañero de laSexta Alberto Sicilia, es convertir a Ucrania en un Estado vasallo, similar a Bielorrusia, bajo la completa esfera de influencia de Moscú.
Un relato histórico, un sueño imperial
Para entender la guerra desde la perspectiva de Putin, es necesario retroceder a 2021, siete meses antes de que comenzara la invasión. En ese momento, el presidente ruso publicó un escrito titulado 'La Unidad Histórica de los Rusos y los Ucranianos', donde no solo presentaba su visión del pasado, sino también su visión del futuro. Según Putin, ucranianos, bielorrusos y rusos son, en su esencia, una misma nación, una unidad dividida únicamente por fronteras históricas impuestas, sobre todo durante la era soviética.
En este relato, Ucrania no es un país soberano ni una nación independiente; es, según el Kremlin, una creación artificial de Lenin en 1922, una frontera que se impuso a un pueblo que, según Putin, debe estar bajo el control de Moscú. Para el líder ruso, la OTAN, si bien es un actor relevante, es más una excusa que un fin en sí mismo.
De hecho, la reacción rusa a la incorporación de Finlandia a la OTAN fue prácticamente nula, lo que pone de manifiesto que el verdadero objetivo nunca fue evitar la expansión de la alianza atlántica, sino algo mucho más profundo: la reintegración de Ucrania a la esfera de influencia rusa.
Ucrania como un Estado satélite: el modelo Bielorruso
Lo que busca Putin no es la anexión de Ucrania como tal, sino su transformación en un estado satélite, un país independiente solo en apariencia. Este modelo de Estado subordinado lo encuentra en Bielorrusia, que, aunque formalmente es una nación soberana, está completamente alineada con Rusia.
Bielorrusia ha sido gobernada desde 1994 por Alexander Lukashenko, el líder más longevo de Europa, cuyo régimen autoritario limita las libertades fundamentales, silencia a la oposición política y restringe la prensa. Más allá de las formas, Bielorrusia es un satélite político y militar de Moscú.
Lukashenko, cuya lealtad a Putin es inquebrantable, ha permitido que Rusia utilice su territorio para lanzar ataques a Ucrania, lo que coloca a Bielorrusia en el epicentro del conflicto sin necesariamente formar parte de él. A pesar de su condición de 'país independiente', Bielorrusia depende en gran medida de Rusia en todos los aspectos: económica, política y militarmente. En este sentido, Putin ve a Bielorrusia como el modelo perfecto, un ejemplo de lo que podría ser Ucrania bajo su dominio.
Si bien la región del Donbás y la península de Crimea han sido puntos de gran importancia en la narrativa rusa, Putin no considera que el control absoluto de estos territorios sea el objetivo final. Lo que realmente le interesa es la supresión de la independencia de Ucrania como nación. La ocupación de Crimea en 2014 y la invasión del Donbás en 2022 fueron pasos hacia una meta más ambiciosa: asegurar que Ucrania no tome sus propias decisiones. Es un conflicto de poder geopolítico, pero también de identidad histórica y política.