Represión en Venezuela

La vida de un opositor en Venezuela: torturas, cárcel y exilio forzoso

Los detalles En Venezuela, si eres opositor es casi imposible hacer campaña. Como consecuencia, muchos opositores se ven obligados a exiliarse, siendo España uno de los destinos principales.

Ser opositor en Venezuela

En Venezuela, ser opositor al régimen de Nicolás Maduro es sinónimo de sufrir represión, persecución y la constante amenaza de cárcel. Edmundo González y María Corina Machado no son los únicos que padecen este cruel destino; la historia de muchos líderes políticos y ciudadanos comunes se ve marcada por el temor constante a las sanciones y el encarcelamiento.

La denuncia más escalofriante de la represión proviene del propio Leopoldo López, quien, en 2014, fue arrestado por dirigir las protestas en contra del gobierno. Durante su tiempo en prisión, López relató a su esposa, Lilian Tintori, el horror al que estaba siendo sometido: "¡Lilian, me están torturando! ¡Denuncien, denuncien!", fueron sus palabras, revelando las brutalidades que sufría tras las rejas. El líder opositor fue acusado de actos de terrorismo por participar en manifestaciones pacíficas, acusación que ha sido utilizada con frecuencia por el gobierno venezolano para silenciar a quienes se atreven a desafiar su autoridad.

Las manifestaciones, considerados actos terroristas, han desencadenado un incremento alarmante de detenciones en el país. Según la ONG Foro Penal, el número de arrestos se ha disparado de 300 a casi 2.000 desde el mes de julio. Muchos opositores temen salir a la calle, y quienes lo hacen, borran rápidamente cualquier mensaje en sus teléfonos móviles para evitar ser acusados de conspirar contra el gobierno de Maduro.

Para aquellos que logran evitar las acusaciones de delitos, la posibilidad de hacer campaña electoral es casi nula. La represión se extiende incluso a las actividades políticas cotidianas, como las caravanas y visitas a diferentes ciudades. Edmundo González, uno de los opositores más conocidos, ha tenido que recurrir a soluciones improvisadas, como el uso de tupper para poder comer en medio de su recorrido, debido al constante hostigamiento gubernamental que cierra establecimientos que les brindan apoyo.

La represión no se limita a los opositores, sino que también alcanza a sus familias. La madre de María Corina Machado, una mujer de 84 años con problemas de salud, ha sido víctima de vigilancia constante por parte de la policía, incluso con drones, y la interrupción del suministro eléctrico en su hogar. Asimismo, el yerno de Edmundo González fue secuestrado por encapuchados mientras llevaba a sus hijos al colegio, un acto de violencia que refleja hasta dónde llega la persecución del régimen.

El exilio, la única vía

Para muchos de estos líderes y opositores, el exilio se convierte en la única opción viable para salvar sus vidas. El caso más emblemático es el de Juan Guaidó, quien huyó a pie hacia Colombia en 2019 tras enfrentarse a Maduro. "Acabo de llegar a Colombia, de la misma manera que lo han hecho millones de venezolanos antes que yo, a pie", fue su mensaje en redes sociales, el cual reflejaba la difícil situación que miles de venezolanos enfrentan al abandonar su país. Guaidó, al igual que Leopoldo López, encontró refugio en el extranjero, en su caso, en Miami.

Lo mismo ocurrió con Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas, quien fue acusado de conspiración contra el gobierno y escapó clandestinamente hasta llegar a Madrid, donde pudo reunirse con su familia. La mayoría de los opositores que logran escapar del país terminan en España, una nación que comparte idioma, cultura y lazos familiares con Venezuela, lo que facilita el proceso de adaptación a un nuevo país.