Albert Pla y Jordi Évole comparten reflexiones durante un agradable paseo por el campo en el que recogen leña para hacer fuego más adelante. Ambos recuerdan los conciertos que Pla dio durante la pandemia, unas 300 actuaciones en las que cantaba "dos canciones" y pasaba un rato con cientos de personas.
"Fue súper chulo, me emocioné muchas veces. Gente delante de una playa, en un hospital... Era especial, estaba bien", confiesa Pla. Eso sí, durante la pandemia de coronavirus se dio cuenta de una verdad incómoda, como él mismo cuenta a Évole.
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"Me di cuenta de que era pobre. Si dejaba un año de trabajar me quedaba sin nada. Me di cuenta de que tendré que trabajar siempre", lamenta. Además, cuenta el "hastío" que le produce seguir la actualidad, algo que considera un "ejercicio demasiado descomunal".
Recuerda a su amigo Javier Krahe
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Pla explica que la voz que escuchó al sufrir el infarto le hablaba en castellano, lo que hizo no darse "por aludido". El artista también habla de la muerte de su amigo Javier Krahe: "Es otro Madrid desde que él no está".