Ignacio Jordá quiere dejar de ser Nacho Vidal. O al menos, quiere "utilizarlo a él", y no Vidal a Jordá. En su paso por Lo de Évole, la figura más conocida de la industria del porno en España recuerda cómo fue su amplia carrera, así como las dificultades que encontró por el camino.
La entrevista consta de dos encuentros separados por una semana, siendo la primera parte en la clínica en la que Nacho Vidal está siendo tratado contra una depresión que le hizo pasar por uno de los peores momentos de su vida. En la segunda, el actor recibe al periodista en su casa, hablando del ritual de sapo bufo que allí tuvo lugar y que acabó con la muerte del fotógrafo José Luis Abad.
Nacho Vidal habla con Jordi Évole acerca del dinero que logró gracias al porno, el cual "reventó" con sus amigos. "Me lo reventé lo más grande. Con mis amigos, con comidas, con cenas, con viajes, con coches estrellados, con ropa de marca... Ahora la tengo colgada, creo que lo voy a vender todo porque no lo uso", asegura.
Preguntado por Évole si se considera el "rey del porno", Vidal considera que, cuando él era malo, era "mucho mejor que el que era muy bueno". "Me gustaba mucho lo que hacía, amaba mi trabajo", confiesa en Lo de Évole. El actor también habla acerca de las enfermedades de transmisión sexual que ha padecido durante su carrera, desvelando que sufre síndrome de Reiter.
La influencia de Nacho Vidal en los más jóvenes ha sido más notable de lo que llegó a darse cuenta. Es más, un chico le llegó a decir que "le metía la cabeza a su novia en la taza del váter y tiraba de la cadena" porque lo había visto en sus vídeos.
Sobre su depresión, confiesa que sus sábados por la noche consistían en quedarse en casa: "Mi sábado era comprarme un gramo, ocho latas de cerveza y me masturbaba ocho, diez, doce horas. Solo". "No sabía qué hacer, la única manera de ayudarte es pedir ayuda", añade.
El polémico ritual del sapo bufo
Ya en la segunda parte de esta entrevista, Nacho Vidal cuenta cómo vivió la muerte de José Luis Abad durante el ritual del sapo bufo, criticando el papel de algunos medios de comunicación al hablar de este caso. "¿Pero cómo se ponen a contar esas tonterías, tío? Todo para hacer ruido dañino", cuestiona.
Para Nacho Vidal, él es "un pringado" que ha sido implicado "para hacer un juicio mediático". "Lo digo con la boca muy llena: soy una buena persona, no un hijo de puta", defiende, hablando acerca de este "acompañamiento" para tomar una "medicina ancestral" del que se trata el ritual.
"A mí se me murió una persona en casa. A nadie le ha importado cómo se siente cuando alguien se muere en tus brazos. ¿Cómo te sentirías tú?", se pregunta.
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