Finlandia y Suiza, a la cabeza
¿Amenaza bélica? Crece la construcción de búnkeres en España ante las advertencias de Europa
Los detonantes Aunque el estallido de la invasión rusa a Ucrania en 2022 ya hiciese aumentar la preocupación de algunos, ahora con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y el plan de rearme europeo son cada vez más los que se suman a la misión de hacerse con un refugio.

Resumen IA supervisado
La invasión rusa a Ucrania en 2022 y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, con su acercamiento a Rusia, han incrementado el temor en Occidente. La Unión Europea se prepara para posibles conflictos, instando a la población a tener kits de supervivencia y construyendo búnkeres, una tendencia que ha crecido en España. Sin registros oficiales, se estima que hay entre 400 y 1.000 búnkeres en el país, con precios desde 30.000 euros hasta más de un millón. Estas estructuras, que antes protegían pertenencias, ahora buscan resguardar vidas. En España, las ubicaciones son secretas, pero destacan ciudades como Madrid y la Costa Brava. Los búnkeres públicos conocidos están en Torrejón de Ardoz y La Moncloa, preparados para emergencias gubernamentales.
* Resumen supervisado por periodistas.
El estallido de la invasión rusa a Ucrania a las puertas de Europa en 2022, puso a todo Occidente en vilo. Ahora, con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y su 'rediseño' del orden mundial, a raíz de su acercamiento a la Rusia de Vladímir Putin, ha aumentado todavía el temor. Incluso, la Unión Europea (UE) prepara un rearme que busca proteger a la población, a la que ha instado a tener preparado un kit de supervivencia para las primeras 72 horas de un conflicto, una catástrofe o una pandemia. Una de las consecuencias, el alza en la construcción de búnkeres. También en España.
Es cierto que al no haber un registro oficial de este tipo de infraestructuras, sumado al secretismo existente en el sector, es complicado estimar cuántos puede haber en territorio español. Lo cual, sin embargo, no ha frenado a Más Vale Tarde a hablar con algunas de las empresas líderes, de cuyas respuestas se puede hacer la estimación de que en España ya habría entre 400 y 1.000 búnkeres.
Unas empresas como Búnker World que en sus inicios, hace 20 años, construía un búnker cada dos años. Ahora, reciben tres encargos en tan solo un mes. Y es que antes se pensaba en estas construcciones para proteger pertenencias de valor, como joyas, mientras que ahora la protección que prima es la propia. Francisco Márquez, de Búnker Underground Building, explica que ahora sus clientes "quieren proteger a sus familias" porque "tienen miedo".

Si bien los precios de estas construcciones parten de un mínimo de 30.000 euros, su máximo puede llegar al infinito en función de las funcionalidades y capacidades del búnker, llegando desde 230.000 euros, como es el último que encargaron a Búnker Zona, hasta el millón. Estos serían los modelos premium con todo lujo de detalles y una cuidada decoración. En definitiva, una segunda residencia que, en vez de unos días de relax, busca protección.
Uno de esto podría ser el que está construyendo una empresa sevillana. Con una superficie de metros cuadrados y ubicado a diez metros bajo tierra, el búnker contará con dos habitaciones de matrimonio, una con litera, una cocina, tres cuartos de baño, así como un comedor. Una vez construido, será trasladado a dónde el cliente quiere que sea enterrado.
Para ello, el agujero ya estará excavado con el fin de que en un máximo de tres días esté instalado y fuera de la vista de cualquiera. Y es que se trata de unas construcciones que nadie podría imaginar que se encuentran debajo de una alfombra cualquiera, ya sea por su puerta acorazada o por sus paredes de acero y hormigón con hasta 50 centímetros de grosor. También sorprende que en el interior estas infraestructuras puedan encontrarse piscinas, gimnasios y hasta salas de juego con capacidad para más de 50 personas.

Prestaciones que se encuentran, por ejemplo, en búnkeres en Finlandia. El país nórdico cuenta con una larga tradición de supervivencia por su cercanía a la conflictiva Rusia. De hecho, cabe destacar que en los edificios finlandeses con más de 4.000 metros cuadrados la ley obliga a contar con un búnker propio.
En el otro extremo está Alemania, donde estas construcciones solo representan un 0,56% para la población, llevando a las autoridades a trazar un plan para abordar la situación. Algo que no sucede en Suiza, puesto que desde los años 60 el país -neutral en todos los conflictos- ha construido más de 365.000 refugios públicos y privados con capacidad para hasta nueve millones de personas.
De vuelta a España, país con poca o ninguna tradición de seguridad entre la ciudadanía, cada vez son más los que se suman a hacerse con un búnker. Prueba de ello, es que el perfil del cliente se ha ampliado, ya que si antes el poder adquisitivo de estos era medio-alto, ahora son muchos los de nivel medio que, incluso, optan por un préstamo para hacer frente al desembolso.
La ubicación de este tipo de refugios es toda una incógnita, aunque las empresas con las que ha contactado Más Vale Tarde señalan que la muchos de ellos se encuentran en ciudades como Madrid, Castelldefels, Barcelona y Málaga. Precisamente, señalan que es en la Costa Brava donde se encuentran los más caros.
Sí que se conocen, en cambio, las ubicaciones de los dos búnkeres públicos existentes en España. Se trata del de Torrejón de Ardoz y el de la Moncloa, que cuenta con capacidad para hasta un centenar de personas y dos habitaciones especiales: una para el presidente del Gobierno, y otra para el rey. Sin ir más lejos, este jueves el exdirector de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros, explicaba en Espejo Público que "si pasa algo el Gobierno se mete allí, y desde allí todo está preparado para que se pueda continuar dirigiendo el país".
Un búnker sobre el que ha concretado que "está preparado para cerrarlo herméticamente" y en el que "claro, tiene que haber comida, entre otras cosas". Sobre el avituallamiento, asegura que se trata de "raciones de previsión militares" que "antes de que caduquen se devuelven a las Fuerzas Armadas para que las consuman en sus operaciones y maniobras".