Corre el año 1997 y Bárbara Rey acaba de sufrir un asalto en su casa para sustraerle material comprometedor para Juan Carlos I. Asustada y sospechando que ha sido objeto de varios intentos de atentado, confiesa a un interlocutor bien relacionado con la Casa Real su relación con Juan Carlos I y admite que ha recibido 35 millones a través de un intermediario tras haberle prometido 100 millones para afrontar sus deudas.

Sin embargo, la realidad se tornó muy diferente. "Lo que hizo fue un día vino (el intermediario) y me dio veinte millones de pesetas porque mi casa salía a subasta", narra. A lo largo de un periodo de un año y medio, recibió un total de 35 millones de pesetas, pero los pagos fueron espaciados y en cantidades menores de lo prometido, lo que generó en ella una mezcla de confusión y desconfianza.

La situación se tornó aún más complicada para la exvedette, quien se vio obligada a lidiar con la incomodidad de recibir dinero de manera irregular. "Me mandaba, por ejemplo, cinco millones de pesetas y de los paquetes de 100 mil pesetas faltaba de uno veinte, de otro diez y de otro treinta", explica. Este proceso se volvía una fuente constante de ansiedad, ya que temía que las personas a su alrededor pudieran pensar que estaba involucrada en un robo. "La persona de servicio venía descompuesta, pensando que yo iba a creer que ella había robado el dinero", dice.