Después de gastarse unos 1.500 euros en bebida un grupo de ocho turistas británicos iniciaron una batalla campal contra los empleados del restaurante en el que estaban después de que se les llamase la atención por tirar basura a la playa de Calviá. A patadas y puñetazos el grupo de hombres ha dejado tres heridos, uno de ellos ingresado. La jueza les ha impuesto una pena ejemplar.

Aunque pueda parecer que se trata de un grupo de jóvenes, cabe destacar que todos ellos pasan de los 30 años, además se encontraban en un establecimiento bastante caro al ubicarse en primera línea de playa. Otra prueba de su alto poder adquisitivo es que se alojaban un hotel de la cadena Meliá. Una cuestión que ha llevado a la jueza a pedirles 1.000 en concepto de responsabilidad civil.

Sin embargo, la pena no ha quedado aquí y es que la jueza les ha retirado el pasaporte a todos ellos hasta que abonen dicha cantidad. Entonces se les devolverá el documento para que puedan abandonar la isla, aunque tendrán que volver para la celebración del juicio cuya condena puede verse agravada al haber dejado a dos agentes municipales heridos.