Los pasajeros de un tren de Renfe, que cubría la ruta entre Valencia y Madrid, se vieron obligados a romper las ventanillas por la falta de ventilación cuando se quedaron atrapados en un túnel cercano a la madrileña estación de Chamartín. A esto se sumó que el vehículo tampoco tenía luz.

Renfe señaló como culpables a los trenes de Talgo, que, como informa la compañía, en solo dos meses y medio desde su puesta en marcha han registrado 479 incidencias, es decir, "van a unas seis incidencias diarias", calcula Marina Valdés, que pregunta a José María Camarero "por qué se compraron esos trenes". "Se adquirieron porque eran la oferta más competitiva, es decir, la más barata y por la que el Estado tenía que pagar menos", explica.

Aunque confirma que llegaron otras ofertas de "grandes fabricantes de Alemania y Francia", pero terminó optándose por los de Talgo, ya que son trenes "muy versátiles, entra mucha gente, son más ecológicos y se adaptan a todo tipo de vías".

¿Cuál es el problema? "Que este es un modelo que ha nacido maldito, no ha habido otro modelo de todos los AVEs que haya tenido tantos problemas como este. Es un problema de software", informa José María Camarero en este vídeo.