Las carreras ilegales han vuelto a Madrid este fin de semana, en concreto, lo han hecho en la localidad de Valdemoro. Un destino que, según asegura el periodista de Más Vale Tarde Leo Álvarez, no es el mejor destino, puesto que a a su polígono se encuentra un gran complejo de la Guardia Civil. Una cercanía a las autoridades que no 'frena' a los cientos de personas que acuden a estos encuentros.
Las carreras ilegales se han convertido en todo un fenómeno que en muchas ocasiones termina con víctimas mortales. De hecho, dos jóvenes tuvieron que ser trasladados al hospital cuando se dirigían a la convocada este fin de semana en el municipio madrileño.
Los heridos pudieron salir horas después del centro hospitalario. Así lo comunicaron por el grupo de Whatsapp en el que se encontraban otros individuos participantes en esta lanzada ilegal: "Estamos todos los del accidente bien, ha sido un susto gracias a Dios. Ya hemos salido todos del hospital".
Se trata de una forma de comunicación más que habitual, aunque la clandestinidad cobra gran importancia. De hecho, cuando se cuestiona en estos grupos sobre la ubicación de la quedada uno de los miembros pide que se le hable por el chat privado. Pero, también otras redes sociales sirven de plataforma de convocatoria. Es el caso de la carrera de este fin de semana para la que se compartió un cartel en el que se leía: "Lanzadas. Sábado 23. 22:30/23. Valdem".
Tal y como se puede ver en las imágenes que acompañan a estas líneas, el polígono se llena, mientras que el ambiente se acelera con sonido de tubos de escape. Al arrancar los vehículos y comenzar la carrera, pasan a escasos centímetros de los asistentes.
En cuestión de segundos se ponen de 0 a 100 kilómetros por hora sin importar las nefastas consecuencias que pueden conllevar este tipo de encuentros, que las autoridades tratan de combatir, aunque no siempre con éxito tal y como ha sucedido este fin de semana. Cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil la concentración estaba prácticamente disuelta y los coches que quedaban ya aparcados.
Así es su interior
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En la visita se pueden ver los distintos espacios del búnker, desde donde se refugiaban hasta la zona hospitalaria compuesta por la zona de curas, el botiquín y el quirófano, que ejercía a su vez de paritorio. Durante el recorrido, también se ve material quirúrgico de la época.