Alfonso Santisteban es el juez que condenó a Javier Almeida, asesinato de Lardero, en dos ocasiones. La primera, en 1993 por agresión sexual primero; y después por agresión sexual y asesinato en 2000. En Más Vale Tarde ha hablado sobre lo que recuerda de ambos procedimientos.
Asegura que en el juicio del 2000 se mostraba "bastante frío, tranquilo y como si el procedimiento no fuese con él". También, que cuando la fiscal se refirió a los duros hechos por los que se le acusaba, él "se enfureció y perdió los papeles".
Además, habla de un detalle que cree que "revela el comportamiento del acusado ajeno al procedimiento". Según explica, la mayoría de los acusados suelen hablar con su letrado durante los juicios pero él "no se comunicó de una manera excesiva" con su abogado ni con su hija, también abogada. "Quizás esto también revele su carácter", apunta.
Por otro lado, recuerda que los informes no concluyeron que tuviese alguna anomalía psíquica que afectase a sus capacidades, es decir, "tenía capacidad para comprender la ilicitud del hecho y para actuar con arreglo a esa comprensión, por lo tanto, tenía capacidad para la culpabilidad", ha afirmado.
Por último, ha explicado que se le impuso entonces la pena más alta posible: "Se determinó la realidad de los hechos y el presidente del jurado impuso la pena mayor posible", ha indicado, que por aquel entonces no era la máxima pena posible en la actualidad.