Es un depredador sexual sin piedad, extremadamente violento y atípico. Sus víctimas son de avanzada edad, todas tienen más de 90 años y viven en el barrio barcelonés de Gracia.
A las dos primeras las atacó con media hora de diferencia, empleando una violencia desmedida y sin sentido. Un mes después, entró en el domicilio de la tercera y la agredió.
Pero poco después fue detenido tras cometer un error: dejó huellas que permitieron que la investigación avanzara. Se trata de un conocido delincuente, de 47 años, con un centenar de detenciones por robo y delitos patrimoniales.