Turno para los amigos de Antonio Navarro en el juicio por su asesinato. El joven de 35 años murió apuñalado en el garaje de su casa en Patrix, Valencia, presuntamente por el amante de su mujer, Salvador Rodrigo.
La presunta autora intelectual de los hechos no tneía simpatía con el círculo más cercano de la víctima. De hecho, llegó a afirmar que su marido no quería que se acerca a ellos para que, textualmente, "no vieran lo buena que estaba".
Ocho personas cercanas a la víctima han desdibujado sin embargo la persona descrita por Maje: un hombre dominante, controlador y con mucho genio que ha sido calificado hoy como una persona "alegre, divertida, graciosa y siempre con una sonrisa en la cara".
Así, su círculo más cercano ha definido a Antonio Navarro como una persona "tranquila, reservada, que no era valiente". Afirman que no les contaba apenas nada de su matrimonio, salvo en una ocasión: "Nos comentó que había dejado la relación con Maje porque le había confesado que estaba acostándose con un compañero de trabajo". Sin embargo, poco después se casaron.
Después del crimen todos coinciden en algo: "A las dos o tres semanas nos llegaron unas fotos de fiesta que sale ella con unas amigas alegre. Yo no me acuerdo de cuando empecé a salir otra vez, y eso que era mi amigo".
En realidad, según los testigos, solo le preocupaba un aspecto de su relación con Maje: "A mí me dijo antes de casarse que tenía un dinero y que qué podía hacer para que ese dinero siguiera siendo de él".
Los agentes barajaron el móvil económico desde el comienzo de la investigación por el seguro de 47.000 euros que le correspondía a la viuda por su muerte.
Sin embago, Maje no se ha inmutado en todo el juicio. Ni siquiera cuando ha conocido el regalo que Antonio le tenía preparado: "Quería regalar a su mujer unos peluches, compró varios para en diferentes eventos especiales írselos regalando".