Hasta 15 jóvenes agredieron sexualmente a una mujer en una parada de metro de Barcelona. Ella llegaba de su trabajo, a tan sólo tres paradas.
Ella no fue la única víctima. Al vivir cerca del metro y contactar con su pareja, este acudió a la escena donde terminó gravemente herido. Sólo unos minutos después la manada sarnosa terminó detenida.
El piso en el que se alojaban era un foco de sarna que tuvo que ser desinfectado tras su detención. Un mes después de lo sucedido, sólo tres de los agresores continúan en prisión.