A 15 kilómetros de Praia da Luz, concretamente en el municipio portugués Vila do Obispo, es dónde los agentes buscan ahora a Madeleine McCann. Desde hace semanas la Policía Judicial portugesa y la británica centran la investigación en los pozos y cuevas del Algarve, donde creen que puede estar el cadáver de la menor.
Ahora se ha añadido un dato a la investigación relacionado con el nuevo sospechoso de la desaparición de Maddie: Christian Bruckner. Tras más de una década de búsquedas infructuosas, el mes pasado la Fiscalía alemana aseguraba que él se habría llevado a Madeleine el verano del 2007.
Christian Bruckner es un ciudadano alemán de 43 años con un largo historial delictivo que comienza en su adolescencia, en 1994, cuando fue condenado por abusar sexualmente de un niño. Sin embargo, no entró en prisión hasta cinco años después.
Durante ese periodo se mudó a Portugal, concretamente a la zona del Algarve, donde se instala en una casa durante más de dos décadas. Allí convive con su mejor amigo, Michael Tatschl, quien en una entrevista a 'The Telegraph' ha definido a Bruckner como un pervertido capaz de todo por sexo o dinero.
Además, también ha contado que el sospechoso presumía continuamente sobre su habilidad para colarse en las habitaciones de los hoteles y robar a los turistas. Una técnica que pudo utilizar para sacar a Maddie de su apartamento la noche del 3 de mayo de 2007 sin llamar la atención.
Pero eso no es todo, hace dos semanas los investigadores también descubrieron su escondite en Alemania: una fábrica abandonada en la que la Policía ha encontrado más de 8.000 archivos de pornografía infantil.
En este contexto, para la Fiscalía alemana no hay ninguna duda: cada día están más cerca de encontrar a Madeleine McCann, y de encerrar a Christian Brückner por su asesinato.