Agustina, la madre de Yolanda, era una paciente que ocupaba el pasado 26 de diciembre una de las camas que llenaban los pastillos de urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés, en Madrid. “Estaba llenísimo de gente, no cabía nadie. Parecía una fiesta de fin de año y no un hospital”, ha dicho Yolanda.

Su madre, de 74 años y operada del corazón, fue dada de alta al día siguiente. Pero sus dolores continuaban y, el día 31, volvió al hospital. Esta vez, la estancia de su madre en Urgencias se prolongó. Cuatro días después, el 3 de enero, la subieron a planta. Al cabo de cinco horas, Agustina falleció. El parte médico de defunción indicaba que la muerte se produjo por una neumonía.

Más Vale Tarde se ha puesto en contacto con el hospital Severo Ochoa, que se ha limitado a emitir un comunicado: "En ningún momento ha estado desatendida ni ‘aparcada’ en Urgencias como se señala, sino vigilada y controlada regularmente por médicos y enfermeras de las Urgencias, al igual que el resto de pacientes ingresados en el Servicio".

Lo que no desmiente el comunicado es que Agustina permaneció con atención médica en los pasillos de urgencias del hospital. Una situación que, aunque dice en estos momentos no se produce, los sindicatos del hospital denunciaron en enero de 2013. "La saturación del servicio de urgencias hace que muchos días haya pacientes que permanezcan en los pasillos", dice el comunicado del centro de salud.

En cualquier caso, en sus dos instancias, no se cumplió el protocolo de actuación que indica el ministerio de Sanidad para las Urgencias Hospitalarias. Aún con el duelo, Yolanda denuncia ahora para evitar que lo que le ocurrió a su madre.