El 'George Clooney de los juzgados'. Es uno de los apodos que demuestran que el juez del Constitucional Enrique López no es un magistrado cualquiera. Seductor, y polémico, cuestionado y siempre preparado para los focos, por declaraciones peliagudas o por su ajetreada vida sentimental.
Enrique López nace hace 51 años en el Bierzo, León, en 1981 obtiene el título de juez, obtiene la oposición en sólo dos años y se convierte en uno de los magistrados más jóvenes del país. Allí empieza un tour por varios juzgados del España, por otras tantas universidades como profesor y siempre ascendiendo y ocupando cargos cada vez más relevantes en su carrera judicial, como el de magistrado en la Sala de la Penal de la Audiencia Nacional durante ocho años.
La toma de posesión de Enrique López como nuevo miembro del Tribunal Constitucional es otra de sus grandes polémicas. El PP lo intentó durante seis años. En 2010 fue rechazado porque no cumplía los requisitos de antigüedad ni de experiencia.
Pero lo que le ha llevado a ser conocido por muchos como “el juez de las mil polémicas” han sido sus desafortunadas declaraciones, algunas de ellas en sus columnas en varios medios de comunicación.
En 2004, sobre la violencia machista aseguró que "la Ley Integral de Violencia de Género atenta contra el principio de igualdad, ya que resulta discriminatorio para el hombre”. En 2005, comparando el matrimonio homosexual a “un matrimonio a la unión de más de dos personas o la unión entre un hombre y un animal”.
En 2006, lamentando el trabajo que daría ley de la Memoria Histórica: "No cabe duda de que la ley de Memoria Histórica va a determinar una gran carga de trabajo para la sala quinta o de lo Militar del Tribunal Supremo”.
En 2008, reclamando la cadena perpetua tras la liberación de De Juana Chaos: "Tenemos que dotarnos de instrumentos fuertes como es la cadena perpetua. En Alemania, De Juana seguiría en la cárcel”.
Y en 2010 sobre el juez Baltasar Garzón cuando imputó a tres peritos que vincularon al 11M con ETA: "Habrá que analizar si existen circunstancias que hayan podido perturbar la independencia del juez".
Y a todo esto, se le suman los que consideraron poco apropiado su criterio en el caso de la red de extorsión de ETA conocida como caso Faisán, o sus palabras sobre Batasuna y las ilegalizaciones de partidos vascos.
Para unos detractores, sus decisiones son fruto de su estrecha relación con la derecha. Para otros, lo son, simplemente, por su necesidad de seguir bajo los focos.
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