Quédense con esta cifra: 120.000 euros, porque al no superar esta cantidad, Jesús Sepúlveda no ha cometido delito fiscal, según Hacienda. La Agencia Tributaria corrobora que el exalcalde de Pozuelo recibió de la trama Gurtel sobres de 6.000 euros regularmente de 2002 a 2005, además de aceptar otras prebendas. "Entregas de dinero, viajes y otras prestaciones en su favor o en el de miembros de su familia.

El informe desgrana escrupulosamente los ingresos de Sepúlveda durante 6 años, de 2000 a 2005, cuando estaba casado con Ana Mato, la actual ministra de Sanidad. Dinero en metálico, sobres, viajes, campañas electorales, comisiones y regalos, salpican, según Hacienda, al matrimonio Sepúlveda-Mato.

Los 4 coches de alta gama que tuvo la familia tienen su apartado. El BMW fue pagado al contado por la red Gürtel, Sepúlveda puso 1.500 para el Jaguar, y Correa los otros 52.000. También pagó los gastos de gestión del Gran Cherokee y sobre el Range Rover, el informe concluye que fue un renting pagado por el ex alcalde a la red Gürtel.

Hacienda ha decidido no contar la fiesta de cumpleaños de una de las hijas del matrimonio, que costó a la red Gurtel más de 7.000 euros, por no tener cien por cien seguro que el dinero haya sido para el cumpleaños en su totalidad. Pero sí que habla del famoso regalo de Loius Vuitton que la trama catalogó como "obsequio Ana Mato".

Según Hacienda, esta atención era para tener contento a Sepúlveda. "Se ha de entender que la organización de Correa mantiene esta atención con la señora Mato por la relación que mantiene con Sepúlveda, razón por la que se computaría fiscalmente a él".

Pero a pesar de que todos estos bienes a favor de la familia superen los 546.000 euros, Hacienda no puede acusar a Sepúlveda de delito fiscal. Y por eso recordamos la cifra clave: 120.000 euros. En ninguno de los años estudiados la cantidad defraudada ha superado los 120.000 euros, la barrera que marca la ley para empezar a hablar de delito fiscal. Sepúlveda se quita una preocupación, aunque las acusaciones importantes, malversación de caudales públicos, cohecho y prevaricación, siguen pesando sobre su cabeza.