La famosa incubadora de bajo coste está hecha con madera y pequeñas piezas de plástico creada por Alejandro Escario, para los países en vías de desarrollo.

En unos días, la fundación Alaine la llevará a Benin, concretamente aterrizará en la ciudad de Nikki. Allí tienen una tasa de mortalidad infantil muy alta, fallecen 50 de cada mil menores de un año, normalmente en el  momento del parto o tiempo después por el poco peso  y la desnutrición.

En esta región del país no hay seguimiento de las embarazadas, solo una pequeña maternidad que funciona desde 1996. El año pasado pasaron por allí más de 4.000 niños menores de cinco años.

De momento, y hasta que llegue el envío, tienen dos incubadoras convencionales para todos los niños de la zona, lo que hace que muchas veces haya dos o tres bebés por cada una. Son bastante caras y difíciles de reparar por lo que a veces son inservibles.

Como solución, botellas con agua caliente y toallas o e lcalor de las propias madres que se acurrucan con ellos para darles calor. Con este nuevo y económico invento, esos problemas podrían solucionarse, porque cerca de Benin hay 22 laboratorios para poder reparar y mejorar el invento. Con un precio de aproximadamente 250€, esta incubadora podría llegar a cualquier rincón de los países en vías de desarrollo.