A primera hora de la mañana se han cosumado los peores presagios de una familia de Ourense. En las caras de sus defensores se podía ver la imagen de desolación por lo que estaba ocurriendo.

Primero llega la Policía para desalojar a las más de 100 personas que habían pasado la noche en el interior. Más tarde aparece la grúa, contra la que todos los apoyos sociales y culturales en las últimas semanas han podido hacer nada.

Las disputas judiciales entre la familia, un vecino, Xunta, Ayuntamiento y jueces. Finalmente, se ha desestimado el último recurso de sus propietarios. Varios intentos anteriores de derribo fueron parados en el último segundo, pero esta vez, nadie ha podido hacer nada.

Rosa Alonso, propietaria de la casa explica que "jamás" pensó que "pudiese llegar este momento". La piqueta ha podido con gran parte de los sueños de la familia y gran parte de las personas que les apoyaba. El Ayuntamiento insiste en que sólo cumple una orden judicial.