Aunque son las más conocidas, las cajas no vendían exclusivamente sus preferentes, sino que también lo hicieron algunas empresas. “Los bancos aprovechaban la confianza de sus clientes para vender estos productos”, asegura el abogado especializado en preferentes, Alberto Bordoy.

Todas apuntaron a la deuda subordinada. Unión Fenosa, Mapfre, Repsol o varias compañías de la cooperativa vasca Mondragón como Eroski o Fagor, que emplearon estos instrumentos híbridos. Aunque han perdido menos que en el caso de las cajas, también han obtenido pérdidas. Meliá vendió 90 millones y en 2012 las cajeó con una pérdida del 6,5%. SOS Cuétara emitió en 2006 y las cambió en 2010 con una pérdida del 21%.

Sin embargo, aún queda esperanza. Alberto Bordoy afirma que “las posibilidades de recuperar el producto son muy altas”. La recomendación es ir a por los bancos porque fueron los que vendían el producto y lo hacían, nuevamente, sin dar demasiada información. Según ADICAE, hasta 26.000 millones de euros se vendieron en preferentes hasta 2011.