Mientras ella expresaba con sus manos lo que disimulaba con su cara, Rita Barberá no dejó de sonreir ni siquiera cuando la diputada de Compromís preguntó por su posible dimisión.

Su reacción es difusa, ya que con la cara sonríe, pero con la mano no deja de marear el micrófono. Parece nerviosa, pese a que su bancada la ha defendido a capa y espada, porque dicen que la oposición abusa de la demagogia y que hacen de los indicios, sentencias.

Sus posibles reuniones con Camps y Urdangarin están sobre la mesa, pero al ser preguntada por el programa de laSexta, 'Equipo de investigación' su respuesta es: "Me remito a la contestación anterior".

Golpe a la silla y cara de pocos amigos tras su comparecencia, nada que ver con la Rita que saludaba a la prensa ni con su faceta más dicharachera.

Rita Barberá no ha sido imputada y está muy segura de no haber firmado nada, pero parece que el estar en el punto de mira le pone bastante nerviosa.