Luis Calero visita la Bodega de los Secretos, una de las galerías más antiguas de Madrid, con más de cuatro siglos. Allí, Calero entrevista a su director, Eduardo Villar, quien revela que fue construida por masones y que cuenta con tres subterráneos que comunicaban el interior de la ciudad con el exterior.

"Para entrar en Madrid había que pagar un impuesto que se llamaba la sisa. Los que no querían pagar, hacían subterráneos", apunta el director. Además, explica que la Bodega de los Secretos fue también una prisión durante la época de la inquisición.

Otra de las paradas que hace Calero en su reportaje en el Museo Arqueológico Nacional, que cuenta con una réplica de la cueva de Altamira. Una visita que ha dejado al reportero con la boca abierta..