José Luis Escrivá y su Ministerio, el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se han situado en el foco de la actualidad política después de que en la noche del martes se diera a conocer su propuesta para rellenar y sostener la hucha de las pensiones ante la futuras jubilaciones de la generación del 'baby boom', que empezarán a registrarse a partir de 2023. Para lograr este objetivo, se plantea aumentar las cotizaciones de trabajadores y empresarios un 0,5% durante una década, hasta 2032.
Los 'baby boomers' son aquellas personas nacidas, generalmente, entre mediados de los años 50 y principios-mediados de los 70 con motivo de la explosión de natalidad registrada en España. Una generación próxima para jubilarse y que 'pone en peligro' el sistema de pensiones tal y como está estructurado hasta ahora. Mariano Rajoy, El Gran Wyoming, Chenoa o Arturo Valls son algunos de los conocidos rostros que pertenecen a esta generación. En total, 600.000 personas.
Tal cifra supone que se avecina la entrada de jubilados más numerosa de la historia de la Seguridad Social en nuestro país. La gran pregunta que se hacen desde hace no pocos años economistas y expertos, anticipándose a esta situación, era clara: ¿habrá dinero para pagar esas pensiones? Un primer paso para solventar este problema fue la creación, en el año 1997, de la hucha de las pensiones. En ella se ha ido metiendo dinero progresivamente.
En 2011, llegó a tener 66.800 millones de euros, pero ¿cuánto dinero queda ahora en esta hucha? 2.000 millones de euros. En este sentido, cabe destacar que para pagar las pensiones en España cada año se está destinando el 12% del PIB, con la previsión de que se eleve ese porcentaje al 13% en el año 2050. Atendiendo a estos datos, entra en juego el planteamiento del Ministerio de Escrivá: esa subida porcentual del 0,5%, por lo que la cotización pasaría del 28,30% de 2022 al 28,35% entre 2023 y 2032.
¿Un ejemplo práctico? Para un salario mensual que ronde los 1.000 euros, este proyecto supone un aumento de la cotización de unos 5 euros. Si el sueldo se sitúa entre los 1.900 o los 2.000, serían 10 euros más. Este escenario no ha convencido a todos los actores que participan en la mesa de negociación con el Gobierno: a los empresarios les ha molestado, especialmente, la falta de información. Por el contrario, a los sindicatos, de momento, sí les convence esta música.