La visita de la tercera autoridad de EE. UU., la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, a Taiwán ha tensado aún más las relaciones con China, ya que el gigante asiático considera a la isla una provincia díscola.

Así, Pekín ha intensificado sus maniobras militares en las costas de la isla y, a partir de este jueves, dispararán fuego real. También Taiwán ha reaccionado con un despliegue militar. Sin embargo, el verdadero temor que cunde es que China intente asfixiar económicamente a la isla y bloquee buques que exportan su mayor tesoro: los microchips.

Taiwán produce el 65% de los microchips del mundo, fundamentales para los teléfonos móviles y cualquier aparato electrónico de los que disponemos en nuestros hogares. Si China bloquea la isla, no van a llegar con tanta facilidad.

Otra de las razones por las que Pekín está demostrando su enfado es por el futuro congreso del Partido Comunista Chino, donde el presidente Xi Jinping aspira a reeditar su liderazgo y la presidencia del gigante. Sin embargo, afrontar un congreso con una afrenta estadounidense en pleno territorio del país no es aceptable.