El primer servicio de 'La dulce Harleey' está siendo un desastre. "Que no pidan más, que está la plancha atascada", dice una de las cocineras a Elena, que estalla al oír eso. "¡Qué va a estar atascada, que tenéis una hamburguesa y dos trozos de beicon!", exclama la camarera.

"¡Hola, chicas! Traigo la botella", dice una mujer que entra a la cocina para dejar una botella de alcohol en el frigorífico. Lola le responde que la nevera está llena, que no puede dejarla. "¡Estoy hasta las narices de que vengáis a meter vuestras cosas!", se queja la cocinera. "No entiendo esto, Elena. ¿Qué acaba de pasar aquí?", pregunta Chicote, a lo que Lola le responde que normalmente los clientes entran a la cocina a meter cosas en el frigo. "Aquí entra todo el mundo, esto parece la Gran Vía. Entran botellas, comida, cuelgan bolsos, chaquetas", expone la cocinera.

María, la dueña, entra en la cocina con la botella de la clienta y pide que le guarden la botella. "Ella es una clienta selecta, que siempre está aquí", les dice la propietaria, a lo que la cocinera responde: "Claro, pero es una detrás de otra". Finalmente, Lola decide guardar la botella, porque ella es una empleada y tiene que hacer caso a la dueña. Mientras tanto, en el comedor todo son quejas. "¿Esto qué mierda es? Beicon crudo, una mierda de loncha, es una mierda", critica un comensal, mientras un amigo le dice con retintín que se hubiese pedido un kebab.