Elena, la camarera de 'La dulce Harley', entra desesperada a la cocina por el desastroso servicio que están ofreciendo. "¡Esto se supone que era un bocata de lomo con queso! ¡Se lo han puesto a un cliente diciendo que esto era lomo!", exclama Elena, a lo que en cocina le responden entregándole un bocata de beicon con queso que era para otra mesa.

La camarera lleva el bocata al cliente y le pide perdón por el fallo. Cuando el hombre mira el bocadillo ve que es de beicon con queso, se han vuelto a confundir. En otra mesa, se quejan a María de que hay un pelo en el tomate y de que la carne está cruda. La dueña le ofrece sacarle otra pero el cliente prefiere irse del local.

María entra en la cocina para pedir explicaciones a las cocineras. "Está crudo y tiene pelos, la carne está rosa", comenta la propietaria, a lo que Lola, la cocinera, le contesta que esa carne es así y Chicote lo confirma. En la barra, una mujer se queja de que la pizza está cruda y la devuelve.

La propietaria vuelve enfadada a la cocina y le dice a sus trabajadores que este servicio no es serio, que hay una mesa que lleva tres horas sin comida. "¿Cómo que ya no es serio? No ha sido serio nunca", afima el chef tras escuchar a María, que nada más terminar la bronca pide a su equipo que dejen lo que estén haciendo. "Quiero energía positiva. ¡Vamos! ¡A bailar!", pide la jefa a sus trabajadores. En ese momento, todo el equipo de 'La dulce Harleey', menos Lola se suben a la barra a bailar entre los vítores de los presentes y la incredulidad de Chicote, que se gira hacia Lola y esta le afirma: "Esto no funciona, porque María no funciona".