José Antonio, dueño de 'El sitio', desaparece en pleno servicio, cuando Raquel, la camarera, está desbordada y la cocina es un auténtico un caos. Los platos salen tarde y fríos y la repentina plaga de cucarachas deja sin palabras a Chicote.

Sin dar con la solución, José Antonio reaparece en la sala y decide sacar el cajón flamenco y comenzar a tocar ante los comensales para "amenizar el servicio". "¿Qué hace?", pregunta Chicote al resto de compañeras en cocina. "¡A tomar por el culo!", exclama al chef al ver al dueño tocando el instrumento mientras cantan y a los comensales dan palmas.

"Mi paciencia tiene un límite", afirma Eli, la copropietaria, a las cámaras de Pesadilla, tras ver cómo su marido "pasa olímpicamente" de ayudar en el servicio. Completamente cabreada sale de la cocina y golpea el cajón flamenco con una patada, terminándolo por lanzar con sus propias manos a la calle, ante perpleja mirada del resto de los comensales. José Antonio, absolutamente disgustado, rompe a llorar tras ver lo que ha hecho su mujer: "No puedo hablar".