"Tiene un modelo de negocio que no se parece ni de lejos a ninguno de los que hemos atendido hasta ahora", explica Alberto Chicote que visita esta semana 'La Terracita', un restaurante situado en Valencia y donde Jorge, su dueño, intentó aunar dos modelos de negocio diferentes en uno: por un lado, un parque de bolas para niños y por otro, un gastrobar. Una combinación que no parece de entender del todo el chef de Pesadilla en la cocina.

El local tiene una capacidad para 116 comensales y solo trabajan cuatro personas junto a Jorge: Paula, la camarera, Maite, la cocinera, y David, el encargado de sala. Jorge cuenta a las cámaras de Pesadilla por qué decidió apostar por la fusión. "Ha sido siempre un parque de bolas, hasta que me harté de esta actividad y decidí hacer también un gastrobar", dice y añade que "el problema es la organización, porque yo no vengo del mundo de la hostelería".

El dueño cuenta además que tiene "unos empelados que tienen más pelotas que el parque de bolas". "Se les va, cuando viene mucha gente van como pollos sin cabeza. Y llega un momento que digo, ¿aquí quién manda? No me hacen caso a mí que soy el dueño pues nada que vega alguien de fuera y que los dirija", sentencia.