Alberto Chicote se desplaza hasta Móstoles para ayudar a Dari y Álex, los dueños del restaurante del Deportivo Estoril, un club con más de 2.000 socios. Cuando Alberto Chicote se sienta a comer en el local, alucina con la redacción de la carta. "Mi gozo en un pozo", afirma el exitoso chef, que no da crédito al leerla: "Qué dolos, dios mío".

Mientras llegan las croquetas que ha pedido, presentador de Pesadilla en la cocina charla con Vero, la camarera, con 30 años de carrera en la Hostelería. "Siempre he trabajado en sitios muy buenos", afirma la camarera, que confiesa: "Aquí hay veces que digo, 'Tierra, trágame'".

Después de su charla, Vero aparece con las croquetas de Alberto Chicote. "Estas croquetas parecen la Bahía de Ha-Long de Vietnam", alucina el exitoso chef, que, al probarlas, afirma que son son "croquetas congeladas": "Las hay congeladas buenas, pero no es el caso".