El servicio de la reapertura de 'BrasasYmás' como 'Casa Redón'parece ir bien hasta que un cliente levanta la mano. "Perdona, esto lo han traído y no lo hemos pedido", le dice el comensal a Aida, la camarera. El hombre le explica que a ellos aún no han tomado la comanda. La camarera se acerca a Simo, el otro camarero, porque esa es la zona del comedor que cubre él. Chicote ve a los dos trabajadores hablando, va a ver qué pasa y no puede creer que estén fallando en el servicio de hoy. "No te pido que sepas contar, te pido que sepas mirar", le expone el chef al camarero.

Simo se encuentra perdido en el servicio. "No sabe ni donde está", piensa su compañera, que se acerca a él para ver qué pasa. El camarero le dice que Redón, el propietario, se ha inventado una comanda que no existe y Aida le responde que el problema es que ha apuntado dos veces la misma mesa con diferentes comandas. Debido a que no les atienden, una mesa decide abandonar el restaurante. Simo se acerca a ver qué pasa y llama a Aida. "¡Los tienes media hora esperando! Llevan reclamando las cosas desde hace un rato", recrimina el camarero a su compañera, que no da crédito porque esa parte le tocaba a él.

Al escuchar la discusión desde la cocina, Redón sale al comedor y se lleva a sus dos trabajadores de la sala. "¿Qué hacéis ahí dando voces delante de todos los clientes?", les reprocha el dueño del local, que piensa que no pueden volver a dar la mala imagen de antes de que llegase Chicote. El propietario reúne a todo su equipo en la cocina y les arenga para que se tranquilicen y seguir como hasta ahora porque los clientes están contentos. "Sin calma no vamos a poder sacar el servicio", afirma Redón. Tras la reunión, el servicio se vuelve a su cauce y terminan por todo lo alto. Después de terminar los platos, varios clientes destacan lo rica que está la comida.