Esta semana, Alberto Chicote viaja hasta Barcelona a un local regentado por italianos. Los protagonistas creen que su cocina no tiene secretos para ellos. Pero… están muy equivocados. Las pizzas carbonizadas todavía no se han convertido en un 'must' de la gastronomía y asumirlo será el primer paso que tendrá que dar el dueño del restaurante italiano 'La Tarantella' si quiere comenzar con buen pie la 'terapia culinaria' de Alberto Chicote y Pesadilla en la cocina.
Ubicado en el centro de Barcelona, y con una magnífica ubicación, 'La Tarantella' es un restaurante napolitano regentado por Nicola, su mujer Carmen y los dos hijos de ambos, que conoció el éxito durante más de una década. Sin embargo, los últimos tiempos están siendo terribles para el negocio, que no recibe clientes y que no sabe cómo salir de una situación cada vez más difícil.
Descontrol 'a la italiana', gritos y una tensión insostenible
El panorama que Alberto Chicote se encuentra al llegar a 'La Tarantella' es desolador. La cocina y la despensa están muy descuidadas. Tras una primera observación, el chef descubre que las ensaladas no tienen sabor, a la comida le falta ese carácter napolitano y casero que Nicola quiere imprimir a su carta y, para colmo, las pizzas salen completamente carbonizadas porque… son como a Nicola le gustan. Además, no sirven platos sin gluten a pesar de asegurarlo a través de un cartel colgado en la puerta.
La desorganización y los antojos de Nicola a la hora de preparar la comida provocan que en 'La Tarantella' se tire mucha comida, lo que supone tirar mucho dinero. Asimismo, Nicola no acepta las críticas y la tensión salta diariamente en cocinas.
El trabajo en equipo es lo único que puede ayudar al restaurante y sólo si Nicola asume su nuevo reto y le dedica sus mayores esfuerzos, la familia al completo podrán conseguir que 'La Tarantella' vuelva a ser lo que fue.
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