‘La Ermita’ es el restaurante madrileño al que Alberto Chicote intenta salvar en el norte de la capital. Un local de carretera, con poca visibilidad y con el principal problema focalizado en Carlos, Susana y Marta, los tres socios.
El chef se sienta en una de las mesas y pide un caldo gallego donde “los grelos llevan aquí por lo menos tres días”; una lubina que Mousta, el cocinero, confunde con una dorada a la que “toda la sal que le sobra al caldo es la que le falta al pescado”; y unas patatas crudas aunque naturales.
Tras degustar el menú, Chicote se queda pensativo. Y es que, intenta averiguar “qué motivo puede haber para venir hasta aquí para comerme un plato como este”.
Carlos se sienta a su lado y le intenta explicar la carta. Un menú en blanco que entrega a Chicote para vacilarle y cabrearle. Como reacción, el chef pide que pruebe la comida, que no ha conquistado su paladar porque “a Gollum le gusta así la dorada”, a él no.
Del bar del Club Deportivo Estoril
Chicote regala a una clienta del CD Estoril una empanadilla al no llegar su comida: "Por lo menos se entretiene"
Una clienta del Estoril II se queja de que sus dos acompañantes han comido mientras que a ella todavía no le ha llegado su hamburguesa. Al oírla, Alberto Chicote se levanta y le ofrece su empanadilla.