El chef Alberto Chicote termina por primera vez en Pesadilla en la cocina con el estómago satisfecho gracias a los guisos y platos de 'El legado de Andrés'.
Para empezar, Alberto Chicote prueba los garbanzos con níscalos que dan en el menú del día. Un plato presentado en una cazuela de barro que "huele de maravilla" y por tan sólo nueve euros. "Ya los quisiera comer yo en más de un sitio por ahí", comenta.
Las croquetas están muy ricas y el secreto de cerdo ibérico está en su punto como había pedido. "Este tipo de cosas a mí me alegran el día", comenta satisfecho el chef de Pesadilla en la cocina.
El rabo de toro "no sólo tiene muy buena pinta sino que, además, está muy rico".
El único plato por ponerle una pega es la carne de wagyu que no es wagyu. "Será una vaca a la que le tengan muchísimo cariño, pero wagyu, no. Igual era una vaca que se llamaba Wagyu de nombre en vez de Pintitas. Chicote explica a cámara que la grasa de esa carne es mayor y por eso es un animal "tan valorado".
Chicote valora los guisos y Ana, la dueña del restuarante le dice que eso es culpa de la madre de Andrés, su marido. "Alabada sea la señora", comenta. En cocina lo aplauden.
Otros momentos destacados
Durante el primer servicio, la actitud de Ana, la dueña de 'El legado de Andrés' y jefa de sala, desespera a los camareros y a Alberto Chicote.
Ana se derrumba al ver cómo sus meteduras de pata terminan con el abandono de los comensales. Sin embargo, su hija saca las uñas por su madre delante de todo el restaurante.
A pesar de la ayuda de Alberto Chicote en El legado de Andrés, Ana está perdida en la sala y Andrés en la cocina. Los clientes acaban devolviendo tantos platos que no hay género suficiente para seguir con el servicio y Chicote tiene que comunicar a los clientes que no pueden atenderles.
El equipo al completo asiste a la revelación de la nueva imagen de El legado de Andrés, la emoción de los dueños es evidente al descubrir el local totalmente transformado.
A pesar del entusiasmo por hacer un buen trabajo en la reapertura, Andrés sigue perdido con las comandas en la cocina y Chicote "se pone tan nervioso" que termina zarandeando al cocinero para hacerle reaccionar.
Así es el bar del CD. Estoril II
"Estoy por meterme en el lavavajillas y cerrar": Alberto Chicote explota ante la "pesadilla" de servicio del CD Estoril
Álex, dueño del Estoril II, no para de liar con las comandas a su cocinero, Sami, que no puede más y comienza a llorar en la cocina. "Es una puta pesadilla esto", afirma Alberto Chicote.