Alberto Chicote se traslada hasta Fuenlabrada, en Madrid, para conocer la Taberna Danka y descubrir por qué no da beneficios a su propietario, Dani. Nada más entrar al local, el presentador de Pesadilla en la cocina da con uno de los problemas más graves: los gritos entre sus empleados. Y es que Anka, camarera y mujer de Dani, no para de dar voces a los cocineros.

"Casi sería innecesario le podría preguntar desde aquí a Anka", bromea Alberto Chicote cuando pregunta por la carta y es que el ambiente con los gritos del personal se hace muy incómodo. Acto seguido la camarera sale de la cocina para tomar nota a Alberto Chicote, que le pregunta el motivo de que en la carta tengan tantos platos asturianos cuando los dueños son de Rumanía. "Nosotros somos de Rumanía, pero nos gusta la gastronomía de Asturias", explica Anka, que afirma que le gusta Asturias porque "se parece a Rumania". Incluso, la camarera afirma que el cachopo de Dani " es el mejor cachopo de Fuenlabrada".

Por otro lado, cuando Alberto Chicote pregunta a Anka si las croquetas son caseras, se origina un surrealista debate en la mesa. Y es que aunque al principio afirma que sus croquetas son caseras, Anka termina reconociendo que nos las hacen en el local. "No las hago yo, pero me las traen, son caseras", afirma Anka, que insiste en que no se hacen en el local pero "son caseras". "Me las trae alguien que me las está haciendo", insiste Anka a Alberto Chicote, que contesta tajante: "Es decir, no son caseras". "Bueno, vale, como quieras", responde Anka.