Alberto Chicote presencia cómo es un servicio en el Nicasso, el restaurante de Manel en Barcelona. El caos, los gritos y los malos modos son el plato principal de la casa, pero lo peor no llega de manos del personal. El restaurante se cae literalmente a pedazos y, lo que se veía venir desde el principio del programa, acaba sucediendo.

"¡Ahí va!", exclama el chef mientras pega un respingo. Se acaba de caer una lámpara del techo y, por mucho que ya sospechara que iba a ocurrir algo así, nadie le quita el susto que se pega. "Los enganches ya no valen", explica Vanesa, la ayudante de cocina. "Pero se ha soltado un cable, te puede pegar esto un chispazo", insiste Alberto, mientras todos los demás aparentan estar tranquilos.

El propietario acude a reparar el destrozo y manipula con las manos los cables pelados. "Que no puedes dejar los hilos sueltos. ¡Que pega un chispazo y nos vamos a tomar por culo!", exclama el presentador ya un poco alarmado. "¿Vais a cocinar a oscuras? ¿Es esto una cena de Halloween?", pregunta tirando de ironía.

"Que si se tocan las puntas, salen chispas y aquí tenemos gas. ¡No me jodas que salimos volando!", sigue el gritando mientras el personal del restaurante actúa con total tranquilidad. "Que no pasa nada", llega a decirle Vanesa ya un poco molesta con tanta alarma.

Por suerte, el hijo de Manel tiene un local al lado del Nicasso. "Se hizo un cursillo", explica el dueño del local.