Walter vendía sus propias magdalenas en La Taberneta
Alberto Chicote se pone a cocinar con Walter. Al ver que una de las cosas con las que más disfruta el cocinero es con la repostería, Chicote le propone hacer postres para vender por las tardes. Así, Walter le cuenta que ya hubo un tiempo en el que hacía magdalenas por las mañanas, pero al ver que al día siguiente ya no se vendían porque "estaban durillas", lo dejó de hacer. El chef de Pesadilla en la cocina le anima a seguir intentándolo: "Tendrás que defender tu producto, no rendirte a la primera".
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