El pasado mes de octubre, Íñigo Errejón abandonaba la política mientras salían a la luz acusaciones de violencia machista contra el hasta entonces portavoz de Sumar. Denuncias, en un primer momento anónimas, que han llegado ya a los juzgados, donde tendrá que declarar como investigado en los próximos días. El político, sin embargo, anunció su dimisión sin alusión alguna a estas acusaciones. Un comunicado que para su antigua compañera de partido y de vida, Rita Maestre, resulta "ofensivo".

"Para mí el comunicado es ofensivo. Es un insulto a nuestra inteligencia, a la de todas las personas que lo tenemos que leer", asevera, tajante, la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital. "La mezcla indecente de victimismo, de echar balones fuera, de no asumir nada y de no pedir perdón, que por cierto es una cosa que sigue sin haber hecho, pedir perdón, me resulta ofensiva", sentencia.

"Tiene delito meter al neoliberalismo en una carta que solo podía ser de asunción de responsabilidades y de disculpas. Asumir lo que has hecho y disculparte, una vez que el mundo va a saber lo que has hecho", incide Maestre. "A mí me resultó, creo que como a muchísimas personas, casi más una ofensa", insiste.

"Cuando no se pide perdón, como en el caso de esta carta", advierte, "es porque no se asume la responsabilidad de lo que se ha hecho". A su juicio, eso precisamente "es lo más grave, porque si no asumes la responsabilidad, ni reparas el daño pidiendo perdón ni eres capaz de garantizar que no lo vayas a volver a hacer".

"Haber convertido en un meme una historia de manipulación y doblez tiene desde luego también delito", denuncia asimismo Maestre, que se refiere así a esa alusión de Errejón a "la contradicción entre el personaje y la persona". Para la política, detrás de esa frase hay "una cierta conciencia de esa doblez", pero "explicarlo no como las dos facetas de una persona manipuladora, sino como una persona que era verdad y otra que por las circunstancias externas y difíciles de la política tiene que hacer determinadas cosas", es ofensivo.

"Es como llevar al extremo el virtuosismo retórico para esconder una verdad vergonzosa. La frase queda muy redonda, si no estuviéramos hablando de lo que estamos hablando, que no es una contradicción entre un personaje y una persona, es de las dos caras de una mala persona", zanja.