Cuando se acerca el verano, Barcelona se convierte en portada de periódicos por el turismo, más concretamente por el turismo de borrachera. ¿El turismo para esta ciudad es una bendición o una maldición?
La alcaldesa de Barcelona defiende que les "gusta" que les "visiten" porque son "una ciudad abierta y siempre forma parte de la identidad de Barcelona". Eso sí, dice que "no es un problema el turismo, sino el modelo de turismo".
"Cuando llegamos al Gobierno nos encontramos una situación de descontrol muy ligada a los pisos turísticos ilegales y también a un modelo de turismo que se ha promocionado internacionalmente vinculado a la playa, a la fiesta", recuerda Ada Colau.
La alcaldesa defiende su gestión con los pisos turísticos: "Hemos intervenido muy fuerte en los pisos turísticos ilegales, se han cerrado 5.000. Se nos dijo que íbamos a paralizar la economía, que el turismo iba a caer y nada de eso ha pasado".
Manuel Valls felicita esta gestión a Colau: "Yo tengo que reconocer que por lo de los pisos turísticos se ha hecho un trabajo. Yo no soy sectario. Cuando algo se hace bien, se tiene que reconocer y todas las grandes ciudades turísticas tienen ese problema".
Manuel Valls explica que "el turismo es el 15% del PIB" de Barcelona, por lo que "se tiene que regular" y "necesita civismo". Le reprocha a Colau que "una teniente de alcalde" suya "hablaba de los cruceros y de los turistas como una plaga de langostas".
"¿Usted tenía ganas de ir a una ciudad donde los regidores le dicen que llega en una plaga de langostas? Pues cuidado con el mensaje", dice Valls. Que cree que lo que hay que cambiar es "el tipo de turista": "Creo que tenemos que tener un turista muy vinculado a la cultura".
La alcaldesa de Barcelona recuerda que cuando entraron a gobernar "en algunos barrios de Barcelona había más camas para turistas que para vecinos".