Cristina, una de las protagonistas del Salvados sobre el Essure, tuvo que quitarse el útero. Así fue después de que presentaba signos de alergia al níquel, al elemento principal de un método anticonceptivo que la dejó también sin trompas de falopio.

"No te daban explicaciones sobre qué te iban a extirpar. Noemí, mi abogada, me guiaba antes de entrar al primer quirófano. 'Todo ha salido bien', me dijo la doctora al despertar. Se alejó un poco, y algo no me cuadraba", cuenta.

Pero no fue así: "Pregunté a mi marido para que me dijera la verdad. Quitaron las trompas, pero un trozo de Essure se quedó en el útero. ¿Qué ha salido bien entonces?"

"Sin trompas, sin útero... Te quitan parte de tu vida, sobre todo de tu vida femenina. Eres una mujer, pero incompleta", concluye.