Después del final del bienio conservador en las elecciones de 1936, el ambiente se calienta aún más. En ese momento, en las manifestaciones del 1 de mayo se desfila puño en alto con aire militar y las juventudes de derechas y falangistas se pasean saludando a diestro y siniestro.

"De febrero a julio del 36 se radicalizaron los dos sectores, tanto la derecha como la izquierda. Fue una etapa de golpe contra golpe", explica en el vídeo sobre estas líneas Ángeles Egido, catedrática de Historia Contemporánea de la UNED. 

Entonces, Gil-Robles, que no le hacía ascos a que los suyos le llamaran 'El Jefe' a imagen y semejanza de 'Il Duce' Mussolini en Italia, parecía incluso un 'flojo' para la derecha. "Lo llamaron el tonto útil de la República, y el traidor", señala su hijo, Álvaro Gil-Robles, que asegura que "parte de la izquierda radical lo querían también matar".

En aquel ambiente, los Gil-Robles se salvaron in extremis, pues se refugiaron en la muy tranquila y distinguida Biarritz, mientras en Madrid lo buscaban con pistolas. "Antes de matar a Calvo Sotelo, van a casa de mi padre a matarlo y, como no lo encuentran, siguen a casa de Calvo Sotelo", recuerda el hijo del líder de la CEDA.

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