La dictadura franquista no dudó en convertir la defensa del Alcázar de Toledo en su gesta heroica favorita. Claro, con un héroe propio: el general José Moscardó; según el NODO, "alma de una resistencia más que humana". Moscardó encabezó el golpe de Estado en Toledo y se atrincheró en el Alcázar junto a numerosos oficiales, cadetes, agentes y hasta civiles implicados en la sublevación. "Son bombardeados desde mediados de julio hasta finales de septiembre, cuando llega Franco súper victorioso", detalla el historiador Javier Monrosi.
Dos décadas después del episodio que le catapultó al olimpo franquista, el general golpista Moscardó volvía al Alcázar de Toledo para descansar eternamente. Junto a él, en esa misma cripta, se enterró también a otro general de golpe más reciente: Jaime Milans del Bosch y Ussía, uno de los dirigentes del intento de golpe de Estado del 23F y también combatiente en el Alcázar de Toledo décadas atrás. Ahora son ellos, precisamente, Moscardó y Milans del Bosch, los siguientes que podrían ser exhumados del Alcázar, edificio público del Ministerio de Defensa.
¿Cómo? Gracias a la nueva Ley de Memoria Democrática. Así lo indica el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez: "El tema de Moscardó y Milans está dentro del planteamiento de la ley. El ministerio de Defensa creó una comisión para aplicar la ley, por lo tanto está en el marco de Defensa que se regule todos el proceso". Para muchos historiadores, no hay dudas: "Quienes apoyaron el golpe de Estado, que causaron tantísimas víctimas, que se rebelaron, que se levantaron contra la legalidad republicana y la democracia no pueden estar en lugares preeminentes".
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