A los pocos días del golpe militar de 1936, las tropas golpistas entran en Tarazona, donde el abuelo de Luis Muñoz, un médico que defendía una República laica, fue asesinado.
"Lo detuvieron en su mismo despacho", señala en el vídeo sobre estas líneas Luis, que cuenta cómo "poco a poco, él se dio cuenta de que no había marcha atrás, de que lo iban a matar": "A mi abuela le fue dejando un día la cartera, cuando le llevaba la comida, otro día el reloj de oro".
"Lo fusilaron en la tapia del cementerio donde hoy en día está enterrado en una fosa común, con otras, creo que son, 300 víctimas", comenta. Hoy su familia vuelve al pueblo del que tuvieron que huir hace casi 90 años porque la dictadura les arrebató todo.
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Uno de sus hijos de este médico, condenado a muerte, tuvo que soportar el odio de un juez franquista años después. "El juez, mirándole a los ojos fijamente, le dijo: 'vosotros...'", intenta explicar antes de que la emoción le impida continuar. Luis es incapaz de contar que lo que el juez le dijo a su tío Eduardo fue: "Vosotros, los hijos de los perros rojos, sois los peores".
Mediante un superordenador
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laSexta Columna entrevista en este vídeo a Carlos Arcila, profesor de Sociología y Comunicación en la Universidad de Salamanca, que explica cómo mediante un superordenador han conseguido ver la relación entre mensajes de odio y delitos.