Perpignan ya no es uno de los cuarteles generales de la lucha contra la dictadura. En una de sus casas vive un hombre al que el paso del tiempo ha encorvado la figura, pero cuya memoria permanece intacta: Octavio Alberola, el hombre que intentó matar a Franco hasta en tres ocasiones.

Aberloa señala que "la España franquista, en el 52 y 56, ya es reconocida internacionalmente. No se le considera una dictadura fascista. Se pensaba que eliminando a Franco podía comenzar un proceso de transición a la democracia". Y viajó a España con un objetivo principal: matar a Franco. "Es la única persona a la que nosotros nos autorizábamos a arrebatarle la vida". La razón, en el vídeo.